Entrevista a J. M. Mulet
J. M. Mulet es profesor titular de la Universidad Politécnica de Valencia, director del Máster Universitario en Biotecnología Molecular y Celular de Plantas (CSIC-UPV) e investigador vinculado al Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), dependiente también del CSIC y de la UPV. Es también un incansable y aguerrido divulgador científico, con una lista de publicaciones muy extensa y muy activo en las redes sociales y en las organizaciones de pensamiento crítico. Durante su carrera ha destacado por enfrentarse frontalmente a las prácticas pseudocientíficas e irracionales en todos los campos de la ciencia, aunque ha sido especialmente activo denunciando las que se insertan en el ámbito de la tecnología de la alimentación. Su excelencia teórica, su siempre constante disposición al debate y su carácter particularmente afable y cercano han hecho de él una figura especialmente mediática. Siempre es un placer leerle y escucharle por lo directo de su discurso y por su especial hincapié en los aspectos más candentes y polémicos de la divulgación científica. Aspectos que muchos otros divulgadores prefieren dejar de lado en favor de una corrección política poco combativa que José Miguel no reconoce como suya.
Por Angelo Fasce
A diferencia de otros divulgadores del mundo hispanohablante, leyendo tus libros y tus artículos uno puede notar en ti una actitud especialmente enérgica a la hora de denunciar los abusos de la pseudociencia. ¿De dónde proviene ese compromiso tan fuerte?
No es un compromiso, no me va nada el rollo Mesías. Simplemente me indigna que haya gente que se aproveche de la ignorancia de los demás, muchas veces con consecuencias nefastas, por eso digo las cosas como las siento, aunque a veces sea de forma vehemente. No soy de los de callarse.
El gran tema por el cual has despertado pasiones y odios es por haber denunciado la ignorancia científica, las supercherías y los fraudes dentro del mundo de la alimentación. Libros como Los productos naturales: ¡Vaya timo! y Comer sin miedo son buenas muestras de ello. A veces uno lee a tus críticos y parece que hablaran del mismísimo Satanás, ¿por qué crees que hay tanta animosidad en las discusiones sobre esos temas?
Cuando no tienen argumentos para desmontar tus afirmaciones, tratan de atacar a tu persona. He visto críticas que ignoraban por completo lo que escribo y se dedicaban a decir que si me paga tal empresa, que si estoy gordo, etc. En el fondo no es más que una admisión de facto del hecho que no tienen argumentos para rebatirme. Por lo demás las actitudes de la gente en el campo de la alimentación o el medio ambiente rayan la fe religiosa, y contra eso, poco se puede hacer. Cuando alguien tiene una creencia irracional, de poco sirve la evidencia.
El mito de lo natural ha ido apoderándose de muchos de los argumentos de los críticos de la actual tecnología de los alimentos. ¿Existen los alimentos naturales y los alimentos que no lo son?
No, no existen. La ley dice que puedes etiquetar algo como natural si hace referencia a su naturaleza, es decir, que puedes decir que un tomate es natural si es un tomate y no una manzana. Vamos, que sirve para todo. El problema es que tanto el tomate como la manzana son el resultado de milenios de selección artificial. No existirían sin la mano humana y si el hombre desapareciera desaparecerían también. Por lo tanto no son naturales.
Creo no equivocarme al afirmar que los transgénicos son el tema más candente. Son también una gran fuente de confusión conceptual, de mitos y de leyendas urbanas. ¿Son realmente peligrosos? ¿Tengo que preocuparme por ellos cuando haga la compra?
Los transgénicos son los alimentos más seguros de la historia de la humanidad, puesto que tienen que superar más pruebas que cualquier otro alimento antes de salir al mercado. ¿Preocuparte? En Europa no estamos comiendo transgénicos y si los hay, tienen que estar debidamente etiquetados. En cambio lo que no sea alimentario (algodón, medicinas, etc.) lo estamos utilizando sin manías.
¿Crees que las críticas infundadas a los transgénicos han llegado a frenar el desarrollo de tecnologías que podrían ayudar a alimentar a una mayor cantidad de personas y con más calidad?
Sin duda. En Estados Unidos el hecho que McDonalds dijera que no iba a utilizar patatas transgénicas frenó toda la investigación en este campo. En Europa es complicadísimo conseguir un proyecto de biotecnología porque los evaluadores te dicen que por qué van a investigar en algo que no va a poder salir al mercado. Los campos donde se experimentaba con el arroz dorado (una variedad que produce vitamina A que se ha obtenido en base a fondos públicos) han sido atacados por grupos ecologistas. Todo ésto supone un retraso en la investigación en un área con un enorme potencial de crecimiento.
Es impresionante el convencimiento que generan en la gente y el encanto sectario que tienen las pseudociencias. ¿Cuál crees que es el secreto para atraer a la gente de esa manera? ¿Crees que los que abogamos por el pensamiento racional y crítico podremos algún día ejercer ese encanto con nuestras ideas?
El secreto supongo que es apelar a motivos emocionales y no a la razón. A todo el mundo le encanta el campo y la naturaleza, por lo que muchos argumentos se plantean en forma de que “yo soy el que protejo a la naturaleza”. Claro, ¿quién quiere que desparezca? ¡Yo tampoco! Al contrario, hacer la agricultura más eficiente es la mejor forma de proteger la naturaleza. Yo creo que la ciencia falla sobre todo en la comunicación, se puede comunicar bien y llegar sin necesidad de mentir ni de cambiar el mensaje, fíjate en gente como Carl Sagan, Asimov o Jay Gould. Muchos científicos no invierten nada de su tiempo en comunicar su trabajo, atender medios de comunicación, etc. Ésto hace que el espacio mediático que tendrían que ocupar sea usurpado por gente que se autoproclama “científica” y que realmente no lo es. Creo que los científicos tienen que salir del armario y ser capaces de comunicar su trabajo a la sociedad.
Algunos movimientos pseudocientíficos, como la ufología o la fotografía de orbs, pueden resultar encantadoramente pintorescos e incluso divertidos, pero ¿cuándo comienzan a ser peligrosos los movimientos de este tipo?
En el momento en que involucran a tu salud, a tu bolsillo o a tu estabilidad emocional. Piensa que la ufología ha sido la vía de entrada de mucha gente en sectas que han acabado con su vida o su salud mental. De todas las pseudociencias las más peligrosas son las relacionadas con la medicina y la salud.
Es especialmente preocupante la infiltración de la pseudociencia más descarada e indignante en los espacios sanitarios. ¿Qué crees que lleva a las personas a poner su salud en manos de curanderos y estafadores esa calaña?
La respuesta no es simple. Desde el postureo ("no creo en la medicina oficial") a la desesperación ("la medicina oficial no me da esperanza"). Entre estas dos posturas extremas puedes encontrar todos los grados intermedios.
¿Y por qué crees que no se prohíbe la prescripción y venta de estos medicamentos fraudulentos por parte de médicos y farmacéuticos?
Como decía Garganta Profunda: “Follow the Money”. En algunos casos el margen comercial que dejan es mucho más alto que el de los medicamentos bajo receta. Ten en cuenta que empresas como Boiron no tienen el mismo gasto en investigación y desarrollo, en ensayos clínicos y en temas legales para conseguir la autorización de un medicamento, que tiene una farmacéutica que se plantee sacar al mercado un producto contra el cáncer que realmente sea efectivo. Todo ese dinero se puede invertir en publicidad o en financiar congresos.
Siento especial fascinación por la forma que tienen algunos movimientos pseudocientíficos de distorsionar y descontextualizar el vocabulario científico. Los filósofos más relativistas y contrarios a la ciencia, especialmente los más influenciados por la posmodernidad, también emplean ese vocabulario oscurecido y críptico. ¿En qué medida crees que el uso de estas formas de expresión asignificativas y distorsionadas afecta al pensamiento crítico?
La palabrería sólo sirve para dar un envoltorio a algo que está vacío, a la nada. De hecho, palabras como “holístico”, “mecánica cuántica” o “conciencia” han quedado absolutamente desvirtuadas por el mal uso que han hecho de ella los vendedores de humo. De todas formas es fácil distinguir cuando hay una palabrería vacua o un mensaje interesante. Si te dejas confundir es que no estás utilizando el pensamiento crítico.
¿Tienes alguna pseudociencia favorita? Alguna que te resulte especialmente llamativa o absurda.
Para mi cualquier afirmación que contradiga la evidencia científica es absurda, pero en general, la homeopatía se lleva la palma, más que nada por cómo ha conseguido darle una apariencia de seriedad a algo que no es más que vender azúcar.
Esta pregunta te la hago por una sospecha que tengo hace ya tiempo. Según tu experiencia, ¿cuál crees que es el porcentaje de gente que realmente se cree estas cosas cuando las defiende?
Hay de las dos clases, no sabría darte un porcentaje. Normalmente debatir con alguien que no se lo cree y sólo quiere venderte algo es más complicado porque evitará entrar en los temas más estrambóticos donde fácilmente puedes dejarle en evidencia. Normalmente en un debate contra ellos suelen quedarse en vaguedades y en el “hay algo aunque la ciencia no lo entiende” o el “a mi me funciona”.
Debes de tener mil anécdotas de los debates y foros en los que participas, ¿cuál ha sido ha sido el personaje o la situación más extravagante que has tenido que vivir?
Supongo que el debate en Cuarto Milenio con un imitador de Félix Rodríguez de la Fuente que decía que con un melón no hacen falta vacunas.
He de admitir que Cuarto Milenio es mi pequeño placer culpable semanal. Personalmente creo que tu aparición en el programa fue un gran momento televisivo. ¿Dónde puedo firmar para que vuelvas?
No creo que me vuelvas a ver por ahí. Piensa que muchos seguidores fieles del programa dijeron que mi presencia en Cuarto Milenio fue una vergüenza para la trayectoria investigadora de Iker Jiménez y el prestigio y seriedad del programa (real).
Eres muy activo en el uso de Internet. Podemos encontrarte en Twitter y tienes también un blog muy visitado. ¿Consideras que Internet es un aliado para el pensamiento crítico o pesa más su poder para desinformar y confundir?
Pues como todo en esta vida, depende del uso que hagas de ello. Tienes que saber elegir qué cuentas seguir y qué información te están dando. Pero bien utilizado es una herramienta muy útil, porque al final, sin darte cuenta, acabas en una red de interacciones con gente con tus mismos intereses y se crean sinergias muy interesantes.
Cambiando un poco de tema. Mucha gente considera que la brecha entre científicos e investigadores en humanidades ha ido creciendo poco a poco hasta separar totalmente ambas esferas del conocimiento. ¿Crees que avanzamos todos hacia la llamada 'tercera cultura', o que, por el contrario, cada vez se polarizan más ambos bandos?
Creo que está polarizado y, lo siento, voy a ser corporativo, hay más rechazo de las letras por las ciencias que viceversa. Muchas de las broncas que he tenido en el ámbito universitario por defensores de las pseudomedicinas, el ecologismo sin base científica o el relativismo cultural vienen del ámbito de las letras. Aunque no me gustaría generalizar, puesto que desde el ámbito de “las letras” hay gente que está haciendo una gran labor a favor del pensamiento crítico.
¿Cuál ha sido tu relación con la filosofía? ¿Te parece que los filósofos están arrimando el hombro para generar un mundo más crítico y racional?
Pues la mejor nota que saqué en el selectivo fue en un examen sobre Hume. ¿Cómo quieres que no me guste el racionalismo y el pensamiento crítico? Muchos lo están haciendo, el problema es que demasiados están cayendo en la pseudociencia. Pienso que a los filósofos les pasa como a los científicos y que no hacen todo lo que deberían hacer para acercarse a la sociedad y hacer su discurso entendible.
¿Crees que la filosofía podría tener alguna función activa en el desarrollo de la ciencia?
Sí, claro, sólo hay que ver la obra de gente como Mario Bunge. La filosofia debe establecer el marco teórico sobre el cual ejercer el método científico y el pensamiento racional.
Perteneces a la asociación ARC-SAPC (Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico), que tiene emprendimientos tan interesantes como la revista El Escéptico, la estupenda colección de libros ¡Vaya Timo! y las charlas de la asociación EEEP (Escépticos en el Pub), que tiene sucursales por toda España. Me interesa sobretodo esto último. ¿Cómo valoras la experiencia de las charlas de escépticos en el pub?
Pues te hablo con conocimiento de causa puesto que creo que he estado en casi todas, desde Santiago de Compostela a Tenerife. Me parece que están haciendo una gran labor y una guerra de trincheras para acercar el pensamiento crítico a la sociedad.
Para ir terminando, dos preguntas finales. Sé que eres un gran cinéfilo. ¿Cuál es tu película favorita? Al menos de hoy.
Mi Santísima Trinidad sería: “La Delgada Línea Roja”, “El Hombre Tranquilo” y “Cadena Perpetua”, pero va cambiando. También pondría alguna de Berlanga.
Suelo cerrar las entrevistas con esta pregunta, y hoy me parece especialmente interesante. ¿Tienes algún héroe intelectual?
Muchos. Siempre he admirado el trabajo de L.A. Gámez o de Mauricio Schwarz en la difusión del pensamiento crítico. De hecho creo que son en gran parte responsables de que yo me acercara al escepticismo. También hay muchos personajes históricos admirables por el hecho de haber sido capaces de desarrollar su trabajo en un ambiente adverso. Al final, la ciencia siempre triunfa ya que se basa en datos observables y medibles, es decir, en certezas y no en especulaciones.
Muchísimas gracias por tu tiempo José Miguel. Ha sido un auténtico placer.
Mejor JM, no me doy por aludido con José Miguel.