Las falacias no solo han sido un tema tradicional en la historia de los estudios sobre la argumentación, sino que han desempeñado un papel de primer orden en su renacimiento durante la segunda mitad del siglo xx. Actualmente siguen representando un estímulo para la detección y análisis de la argumentación falaz, así como un desafío para la construcción de una teoría lúcida, comprensiva y crítica de la argumentación.